domingo, 6 de junio de 2010

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EQUINOCCIO DE ROBERTONI GÓMEZ

Acaso nada más preciado y caro para los más hondos anhelos existenciales de los antiguos mexicanos, en su larga travesía por dar sentido y explicación al mundo, que las primeras disquisiciones de los astrónomos y cosmógrafos mayas o toltecas, acerca del lugar que ocupaba o merecía la cálida y fértil tierra que pisaban dentro del vasto universo llamado Vía Láctea… o bien, sobre los caminos que los podrían conducir a la posibilidad de poder profetizar su destino…

Los mayas de Palenque… fueron grandes astrónomos y, al igual que los aztecas, lograron construir un portentoso calendario –por exacto--, que tuvo como centro al sol y que medía y organizaba el decurso del tiempo en minutos, horas, días, semanas, meses y años…

Su apetito de saber, su curiosidad intelectual inagotable, pero sobre todo, su imaginación y genio creativo, los llevaron a unir y entrelazar los conocimientos aprendidos en la inmensa bóveda celeste, con aquellos generados por la humana y tangible carne de la que estamos hechos todos…

He ahí… todo cuanto conforma el arquetipo de un artista, la capacidad de sacar a relucir sus cosmogonías con talento, audacia y riqueza creativa…

El trabajo que de manera absoluta y justificadamente científica denomina Equinoccio[1] el artista chiapaneco Robertoni Gómez, es fruto de esa misma estirpe… de la virtuosa capacidad de contemplar y entender la insondable noche de donde proviene nuestra inicial progenie…y en ese muro e azogue ver reflejada la dimensión geográfica y cósmica del Hombre…

La obra en comento, presenta una serie de 6 corpus que, al sostener la irrevocable virtualidad de unos espejos de los que son portadores, y alinearse al alto sol de Primavera en el momento preciso en que la noche y el día son iguales, reproducen vívidamente la secuencia a manera de un filme…

Vemos entonces la prodigiosa proyección… cuadro a cuadro… minuto a minuto… de la asombrosa canica azul que es el planeta tierra… Sus mares… sus masas continentales… la completa imagen de su circunferencia imperfecta… y poderosa a la vez…

… En tal virtud… yo los invito a apreciar con atención, y cuidado el maravilloso espectáculo –instalación, montaje, arte interactivo, qué más da-- que el Maestro Robertoni Gómez nos ha preparado con el motivo del inicio de la primavera y en la hora precisa del equinoccio, 20 de marzo, a las 13.00 horas, edificio de la Escuela de Odontología de la UNICACH, Libramiento Norte Poniente, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Muchas gracias
Adolfo Ruiseñor


[1] Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa "noche igual".

VillaFlores.Com.MX! - El hombre de maíz

Hombre de maíz
Fecha Lunes, 31 de Diciembre del 2007 a las 12:11:45 horas
Tema Semanario PERFILES

Por Francisco Gurguha/GURGUHAS PLANET

Nunca antes en la historia cultural de Chiapas había ocurrido el fenómeno de retirar una obra tras considerarla “inmoral” u ofensiva para un pueblo, como ocurrió un par de veces con “El
hombre de maíz” durante la administración de un gobierno municipal que termina por convertirse en el más absurdo y gris, luego de haber censurado y maltratado la escultura del
artista plástico Robertoni Gómez Morales, a quien se debe este aporte que, sin duda, ya hizo historia en uno de los rincones más controversiales de Chiapas.


Antes de que concluya 2007, “El hombre de maíz”, la porfiada estatua del villaflorense, Robertoni Gómez Morales, cumplirá cuatro años de haber sido erigida para honrar a los campesinos de la Frailesca pero, lleva más de la mitad de ese tiempo en haber permanecido arrumbada en la bodega del auditorio municipal, luego de ser retirada en dos ocasiones de su sitio bajo el argumento de que “ofendía la moral” de los lugareños, aunque el responsable de este acto fue el edil panista que agoniza su administración, Martín Uribel Ruiz Clemente, quien por más que se santiguó no logró convencer a nadie de sus tabúes moralinos, sin embargo, la obra permaneció en calidad de basura según constató el propio autor hace casi un mes y, como era de esperarse creció su indignación porque en principio le engañaron que “el hombre verde” (como también le llaman por el óxido del bronce), sería reacomodado en una base más sólida porque la anterior “estaba muy débil”. La ignorancia total del edil Ruiz Clemente, acerca de la cultura y la plástica, lo llevó a cometer descomunal arbitrio en repetidas ocasiones, primero en 2005 y luego en 2006, de tal suerte que, jamás se percató del daño causado con esta actitud sospechosa de algún trauma infantil. Hay quienes aseguran que, el funcionario público en decadencia optó por
sacar de la rotonda frailescana al “Hombre de Maíz” debido a su colosal homofobia, aunque lo que se ha logrado constatar, sin duda, es su mediocridad en todos los sentidos, no por algo
concluye su administración en medio de interminables cuestionamientos.
A raíz de la retirada de la singular escultura, un buen número de villaflorenses, figuras públicas y hasta de la Rial Academia de la Lengua Frailescana, pidieron al gobernador el retorno del monumento tipo maya creado para honrar a los hombres del campo en la región más productiva de maíz. Fue así como el pasado 1 de diciembre de 2006 volvió a aparecer rodeado de flores que le cubren gran parte de la parte baja hasta donde se encuentra lo que ocasionó el indecoro.
Robertoni, con casi 30 años en la escultura y autor de la obra en bronce, considera que ésta obedece al mito maya del Popol-vuh y la creación del hombre, está molesto porque, según
él, no cobró nada, simplemente le apoyaron con el material para terminar la escultura que mide tres metros de altura y en pago a su aporte lo menoscaban como si se tratase de una verdadera ofensa a su pueblo.
“El hombre de maíz”, conocido también como el “hombre verde”, o “el mazorcudo”, fue adoptado en el gobierno municipal de Manuel Castillejos Constantino e inaugurado o puesto a la
vista del público el último día de diciembre de 2004 en el acceso a la ciudad de Villaflores o salida a Tuxtla Gutiérrez, donde permaneció hasta que los caprichos del alcalde Martín Ruiz Clemente, acabaron por confinarla a un oscuro cuarto donde, seguramente, pensará ya no representa peligro para sus temores y fobias. Este acto debe ser sancionado por la ley, quizá Robertoni
Gómez no haya denunciado ante la autoridad competente pero es un daño al patrimonio cultural, puesto que se trata de una obra con derechos de autor donada al pueblo y esta pasa a ser
propiedad protegida. El alcalde panista Martín Uribel Ruiz Clemente, lo mandó quitar dizque para mejorar su base que, según, era muy débil y este 2007, ya bajo presión del pueblo al cual culpaba, lo volvió a mal colocar. Con el nuevo gobierno municipal encabezado por Adulfo Chacón Castillo, quien se presume periodista, se espera no pase lo mismo, pues el desconocimiento de las corrientes culturales es más denigrante que cometer yerros en las obras públicas. Lamediocridad no debe ser el báculo del gobernante porque eso lo convierte en el ser más despreciable de la tierra.

DATOS DEL ARTISTA

Robertoni Gómez Morales nació en Villaflores en 1957, egresó de la Licenciatura en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de San Carlos, UNAM, fue becario del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 1997-1998. Ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas en Monterrey, Puebla, México, D.F., Villahermosa, Campeche,
Mérida, Cancún, Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas, entre otras ciudades del país.
En 1978 Robertoni realiza trazos inconclusos, matices y formas inexactas presentes en el laberinto de la abstracción en ese caleidoscopio del simbolismo representado en las vanguardias
del dadaísmo, surrealismo, cubismo… Que el artista muestra en su primera faceta como creador.
Posteriormente se inclina por el arte figurativo y mezcla el sentido abstracto de sus emociones e imaginación, para dar cuenta de la realidad. De esta manera, empieza a pintar y moldear rostros y cuerpos humanos semejantes a la cultura indígena y mestiza. Entre sus obras más destacadas figuran El laberinto, representado por 120 rostros de Zapata con diferente expresión
y matiz; en esa dirección se aprecia su obra Coral, colección de 60 rostros de mujeres, hombres y niños cantando. Su producción Ora pronobis, marcó un momento histórico en nuestro estado al ver a 9 rezadoras de Acteal pidiendo por sus muertos. En ese recorrido artístico es difícil hacer a un lado a la serie de pensadoras, bañistas y mujeres parturientas que dan el toque mágico al erotismo; obras que destacan el talento del artista por la similitud humana y movimiento que cada figura representa y pocos logran.
En otra temática sobresale la monumental pieza La madre tierra, fuente de arcilla de Zacatecas, 3.30 mts., alta temperatura, colocada en la Secretaría de Desarrollo Rural, asimismo, la polémica obra en bronce El hombre de maíz, en Villaflores, desmontada dos veces por circunstancias hasta hoy desconocidas, actualmente el artista ofrece su más reciente obra denominada El juego, formada por niños de cerámica y cuyo destino fue más afortunado ya que se encuentra en uno de los patios del Museo de Ciencia y Tecnología de Tuxtla Gutiérrez.

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De la verga

Viernes, 19 de Marzo de 2010 14:26 Héctor Cortés Mandujano

Las palabras menos en uso, menos escritas y mejor calladas son las que mejor se saben y las más generalmente conocidas. Montaigne.
Según la Enciclopedia Hispánica (Pág. 216), el pene es el “órgano masculino
eréctil de la cópula, situado delante de la sínfisis del pubis y destinado a llevar el semen a la vagina o cuello del útero”.
Leonardo da Vinci, en “Della vergha” escribe sobre el mismo órgano: “Tanto si
está dormido o despierto, el pene actúa como él lo desea; puede ser que el
hombre duerma y el pene esté despierto o bien que el hombre esté despierto
mientras el otro duerme y es común, además, que el hombre quiera hacer uso de él y éste desee lo contrario, pero también hay ocasiones en las que el pene desea
ser utilizado y el hombre se lo prohíbe. Por lo tanto parece que esta criatura
posee vida e inteligencia propias, por lo que es una equivocación avergonzarse y
mantenerlo siempre cubierto y oculto, mientras que merecería ser adorado y
exhibido con las mismas ceremonias que un ministro” (citado por Israel González,
en “Da Vinci”, Semanario Este Sur 288, enero 2001, Cultura, VI).

En su novela Cambio de piel (Planeta, 1967), Carlos Fuentes escribe una larga
lista sobre los nombres que, en México, tiene el pene: palo, pistola, rifle,
reata, pirrín…; y lo mismo hace Camilo José Cela en Cachondeos, escarceos y
otros meneos (Planeta, 1991) con los usos españoles: falo, cipote, minga,
espada…

Pero un texto de veras divertido es el que escribe Mauricio Ortiz en su espléndido libro Del cuerpo (Tusquets, 2001, Pág. 149): “El pene —como también se le llama, con eufemística prudencia, al chile— goza de un sinnúmero de motes. Plátano, salchicha y nabo son tan directamente morfológicos que se explican por sí mismos, igual que rábano, camote o longaniza. Otros apodos son tan oscuros
que ni siquiera vale la pena escarbar un significado: ñonga, chonene. Otros guardan diversas intuiciones referentes a su aspecto general y sus funciones,
como riel, manguera, mazacuata. Otros más necesitan una frase acompañante: Lupe, la que no tiene boca pero escupe”.

Aunque tiene muchos más (el sin uñas, el pelón, el cara ‘e papa), en Chiapas
tiene, también, varios, algunos muy ridículos: cocola (o cocolita, según el
tamaño), pájaro o pajarito, chomeme, zule (en Villaflores), pero, en general, se
le llama verga.
La palabra verga es, tal vez, una de las más usadas en nuestro lenguaje cotidiano. Hace tiempo era coto exclusivo de varones y no era posible, salvo que se fuera un tipo sin la más mínima educación, decirla en voz alta frente a las damas. Ahora ya lo usan las mujeres, en especial las jóvenes, para llamarse entre ellas. Ah, la
equidad de géneros.

Unos tonaltecos, me contó un amigo, fueron al DF a realizar unas diligencias.
Los ayudó una senadora famosa. Volvieron con camarón y totopos. El secretario
particular de la política, contaron, tomó el regalo y lo guardó en un mueble suyo. Los chiapanecos, con pena, pero con firmeza, le aclararon que el regalo no
era para él, sino para la senadora. Él, con calma, les explicó: “Miren, a las mujeres no les gusta ese tipo de regalos. A ellas, les dijo docto, les gustan las flores… y la verga. La verga es tan sabrosa, continuó, que, incluso, le gusta a muchos hombres”. En Los acarnios, comedia de Aristófanes, estrenada en
Grecia, en el año 425 a. C. (Porrúa, 1996), se dice algo similar: “¡Oh, Falo
consocio de Baco, el más alegre invitado, el que ronda por las noches, y aun le
gusta a los muchachos!”.
Salvo en la adolescencia, donde es relativamente normal que entre varones se la
enseñen para ver quién la tiene más grande, o para competir sobre quién tarda
más o menos en eyacular, la verga se convierte en un atributo oculto (en el baño
cada cual busca la manera de que el de al lado no se la vea, por ejemplo), visible sólo cuando va a ejercer su función erótica. El misterio más hondo, cito de memoria a Henry Miller, no es la vida, no es la muerte, sino el sexo.Tal vez por eso, en Villaflores, derrumbaron la escultura en barro El hombre del maíz, de Robertoni Gómez. ¿Su pecado? Que exhibía una verga diminuta. “Va a juntar mucho mampo”; “van a pensá que todos lo tenemo de ese tamaño, tan chiquitío”; “el Robertoni se usó de modelo”; “¿Qué es eso de poné el machetón al aire?”; esos, he sabido, son algunos de los argumentos para destruirla.El problema sigue siendo el miedo a la verga, incluso a la palabra. El sexo femenino se insinúa, pero permanece oculto en la desnudez. El masculino salta, se exhibe, respinga (pinga, por cierto, es otro de sus apodos). Mejor que quede amortajado, escondido; machete, estate en tu vaina.
En La prueba (Era, 2002, Pág. 50), César Aira nos presenta a una lesbiana
enamorando a una chava que se asusta con la propuesta directa. Mao, la lesbiana, le explica a Marcia: “Te escandaliza nuestra brutalidad, pero no se te ha
ocurrido que en el fondo sólo hay brutalidad (…) Hasta los hombres son esa
brutalidad, así sean profesores de filosofía, porque debajo de todo lo demás está el largo y ancho de la verga que tienen. Eso y nada más”. La verga, finalmente, es el origen de nuestra vida. Allí estamos hasta que nos expulsan para fecundar al óvulo. Somos el espermatozoide triunfador, dicen los médicos. Por eso es muy justa la imagen que decidió para su epígrafe Armando Vega-Gil, uno de los integrantes de Botellita de Jerez: Me voy a la verga, de donde nunca debí haber salido.

Contactos: hectorcortesm@hotmail.com Esta dirección electrónica esta protegida

domingo, 1 de febrero de 2009

CÚMULO DE POLVO OSCURO Y LUMINOSO ES NUESTRA VIDA

Robertoni con su amigo el poeta Efraín Bartolomé (Premio Chiapas),
frente al Palacio de Bellas Artes

En espera de la inauguración de la obra monumental del escultor en la UNICACH, Silvia (periodista), el poeta Ulbester e Idalia (reportera también)


Mismo evento, horas antes, el escultor conversa con algunos asistentes

El poeta Ulbester Alemán con el escultor.
Atrás, la tierra comenzaba a crearse

En una de las tantas guaridas de mi amigo periodista Arcadio Acevedo
Tuxtla Gutiérrez. 2003

Juntos podríamos esculpir versos. Entre otras cosas


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ALEGRÍA DE TIERRA CONTAGIOSA, NIÑOS ETÉREOS








EL ASTROARTE DE ROBERTONI GÓMEZ 2008

Hubo una vez un dios travieso al que se le ocurrió decir hágase la luz, y la luz se hizo. A la claridad que se separó de las tinieblas llamó día y su insignia era el sol, y a las sombras que quedaron llamó noche, y la luna la representó.
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En otra ocasión, jugando con sus primeras creaciones, su ocurrencia le dictó equiparar los tiempos de duración de cada extremo, llamando a este nuevo fenómeno de manera extraña: equinoccio.
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Con el tiempo, otra de sus creaciones, que hasta el momento ni él sabe si fue lo mejor o lo peor, se maravilló de este último fenómeno de nombre extraño y lo hizo evidente en obras escultóricas monumentales, tales como el templo de Kukulcán, ubicado en Chichén Itzá, de herencia maya-tolteca.
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En la actualidad, este fenómeno astronómico sigue causando admiración. El escultor Villaflorense Robertoni Gómez, realizó un trabajo de investigación que duró año y medio, para comprender los instantes en que suceden determinados cambios estacionales, distintos para el hemisferio norte y el hemisferio sur, y utilizarlos para crear una figura luminosa, proyectada por espejos sobre una superficie plana, con las condiciones especiales de sombras y luces de los dos equinoccios del año: el de marzo y el de septiembre.
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LA OBRA
Vayamos por partes. De esta investigación, el artista plástico creó tres esculturas con dos espejos cada una, que dan la impresión de un libro abierto viendo al cielo, y en cada espejo pintó una de las tres partes que dan forma a la proyección. La elegida por el artista es el globo terráqueo, la cual se ve solamente en dos ocasiones al año; de ahí la importancia y la grandeza de la obra nominada REFLEJO DE LA TIERRA.
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Algunos de los asistentes al espectáculo, apreciado los días 21 y 22 de marzo, comentaban que, en esta ocasión, Robertoni la hizo de escultor, de pintor y de astrónomo. Algo de razón había en sus palabras.
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Los equinoccios realmente son un momento particular, un instante de tiempo que ocurre en una hora determinada, en vez de todo un día (aunque acostumbramos llamar equinoccio al día en que ocurre este instante).
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En esta ocasión fue alrededor de las 2 de la tarde cuando, por fin, la imagen completó el reflejo de la tierra. Se proyectó a cabalidad en una pared blanca de la Escuela de Odontología de la UNICACH, con un viento inusitado que vino también a presenciar el instante de una lluvia de felicitaciones al autor, que con esta obra refrenda su compromiso con la vanguardia en el arte universal.
Rodrigo Ramón Aquino

El día de la inauguración de la obra en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), el escultor Robertoni Gómez es entrevistado para un medio local
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TIERRA VIVA EMERGIENDO DEL CORAZÓN CALIENTE DE LA TIERRA

Ora pro nobis
madre tierra

Coro

Niño tinaja

Madre naturaleza